viernes, noviembre 14, 2014

HOSTIGAMIENTO A LA FAMILIA BARREIRO



Un caso que el Papa no habló con Carlotto

El juez federal Ariel Lijo se encontraba muy ocupado y no pudo atender al detenido Ernesto Barreiro, quien tuvo que hacer su descargo telefónico ante un colaborador del magistrado de agenda tan cargada. Enorme el hostigamiento de las organizaciones "defensoras de derechos humanos" K contra la familia Barreiro, a partir de la sospecha (que es totalmente falsa, según los Barreiro, de que Irene, su hija, sería hija "apropiada"). Temas como éste podrían haber aparecido en la cordial entrevista entre Estela de Carlotto y el papa Francisco, ya que se trataba de pedir disculpas y replantear vínculos. Barreiro puso por escrito lo que había querido expresarle a Lijo: "Estoy dispuesto a realizarme un estudio de ADN de compatibilidad con mi hija Irene Barreiro, dejando a resguardo las medidas necesarias para que el resultado del mismo no arroje la más mínima duda."



El Papa, Estela de Carlotto y Horacio Verbitsky. En la foto falta Barreiro, quien afirmó: "hago responsable a quienes ocupen puestos de jerarquía dentro del juzgado ante cualquier evento que lleven a cabo contra mi hija Irene Barreiro y mi esposa Ana Magi de Barreiro por las consecuencias físicas y/o sicológicas que ambas puedan padecer como resultado de los procedimientos que ya han exhibido para con ellas, tal caso de la apabullante cobardía exhibida en el allanamiento ejecutado en nuestro hogar."
Excmo. Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº 1 de Cba.:
                   
Ernesto Guillermo BARREIRO, en estos autos caratulados “BARREIRO  ERNESTO GUILLERMO s/ Legajo de Ejecución”, conjuntamente con mi abogado defensor, Dr. Osvaldo A Viola, ante VE. Respetuosamente concurro y digo:
                    
Que como es de dominio público mi familia sufre una injustificada persecución motivada en una falsa denuncia de las denominadas Abuelas de Plaza de Mayo.
                    
Recientemente se remitió un Exhorto al Juzgado Federal Nº 2 de esta ciudad de Córdoba por parte del juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal Nº 4 de la CABA a cargo del Juez Ariel Lijo en causa “BARREIRO Ernesto Guillermo y otros s/ supresión del estado civil de una menor” Causa Nº 1917/14. 
                  
A dichos fines y por esta vía de EXHORTO, PETICIONO a VE  se remita al mencionado juzgado y para la causa del rubro la siguiente manifestación de voluntad en ejercicio de mi defensa:

Como le manifestara telefónicamente días pasados al secretario del juzgado actuante, le hago llegar a quien esté a cargo del mismo, mi profunda preocupación respecto de los posibles riesgos que puedan correr mi hija y mi esposa, teniendo en cuenta los métodos violentos y engañosos que se han utilizado  para con mis familiares. No puedo descartar por lo dicho, que se intenten nuevos artilugios operativos mediante el empleo de grupos de tareas que se han puesto en evidencia por su agresividad y torpeza. Por ello hago responsable a quienes ocupen puestos de jerarquía dentro del juzgado ante cualquier evento que lleven a cabo contra mi hija Irene Barreiro y mi esposa Ana Magi de Barreiro por las consecuencias físicas y/o sicológicas que ambas puedan padecer como resultado de los procedimientos que ya han exhibido para con ellas, tal caso de la apabullante cobardía exhibida en el allanamiento ejecutado en nuestro hogar. 

De ello queda pendiente, mientras tanto:

Que gran parte de la sociedad espera que la justicia actúe contra el narcoterrorismo que asola a nuestra juventud, mientras el Prefecto Fiorotto y su aguerrida tropa acosa a una joven (mi hija) durante varios meses.

Que gran parte de la sociedad espera que la justicia determine quienes fueron los asesinos del compañero José Ignacio Rucci, con un testigo desacatado dos veces, mientras el Prefecto Fiorottto y su aguerrida tropa irrumpe en un hogar con dos mujeres solas, probablemente muy peligrosas e intentando vejar a una de ellas. (mi hija)

Que mientras gran parte de la sociedad espera que rápidamente la justicia termine de reunir las pruebas necesarias para enviar a juicio la causa Ciccone, mientras la valerosa Fuerza Pública embosca a dos mujeres indefensas, siendo una de ellas la supuesta víctima a proteger y contener. 

Por último reitero que con ello pondrían en riesgo la vida y/o la psiquis de ambas, dado su absoluto rechazo a la discrecionalidad con que se está llevando a cabo la supuesta investigación sobre la supuesta apropiación de nuestra propia hija. Es de destacar el repudio unánime que todo lo ocurrido ha generado, no solo entre familiares y amigos sino también en las redes sociales, donde los ciudadanos pueden manifestarse libremente, sin temor al Gran Hermano. 

Ambas personas, y yo mismo, estamos convencidos de que detrás de esta causa se esconden otros intereses, por lo cual ellas no permitirán que se las veje nuevamente. Aunque cueste creerlo, existen todavía hoy mujeres que no están dispuestas a ceder en lo más mínimo un milímetro de su decoro y dignidad, aún a costa de los riesgos que sea menester correr con su propia integridad física. Todo lo dicho se agrava aún más a partir de la llamada política de género, la cual reconoce a la mujer y su ámbito privado físico y sicológico el status que la humanidad les ha otorgado desde siempre.

Por último, estimo que es imprescindible que se reflexione sobre todo lo anteriormente señalado, ya que cualquier cosa que les ocurra puede ser irreparable e imposible de rectificar de ninguna manera, porque sé quién es mi hija y quién es mi esposa y el precio que están dispuestas a pagar, por respeto a su propia integridad moral y física.

Me quiero referir ahora al intento de obtener una muestra de sangre de mi propia persona. Quien esto escribe es un simple ciudadano y lo hace en este momento sin asesoramiento alguno de su defensor, por lo que mis argumentos se desprenderán sólo  del sentido común y la lógica. 

Como he manifestado en el oficio que se cursara para tal fin, me niego a que se extraiga sangre para el supuesto cometido de corroborar que mi hija es mi hija y menos para ser sometida la muestra que se obtenga al denominado “estudio de histocompatibilidad”. Cualquier persona medianamente informada conoce uno de los fines más habituales de este tipo de estudios, que son los necesarios para efectuar un trasplante de órganos. La efectividad del mismo en materia de compatibilidad familiar es de extrema pobreza frente a los ya largamente conocidos estudios de ADN, método que asegura dicha relación con un alto porcentaje de certeza, ya sea positivo como negativo. Es cuando menos extraño que, luego de muchos años de avance científico, se pretenda utilizar un método hoy descartado para los fines esgrimidos en el mencionado oficio; siendo además el tema de los niños apropiados en que nuestro país ha sido señero, motivo de actualización permanente en lo que a investigación genética se refiera. (Se adjunta artículo del diario La Voz del Interior publicado, por presunta casualidad, el 5 de octubre del corriente)

Para el estudio de ADN, al que no me niego, pero bajo ciertas condiciones, se requiere solamente de un hisopado, método no invasivo y de fácil realización. De allí mi extrema desconfianza acerca del sistema de análisis requerido, teniendo en cuenta también que los organismos responsables de su práctica y evaluación, tanto el BNDG como el CONADI, creados mediante las leyes 23511 (reglamentada por decreto 700/89) y  25457, respectivamente, cuentan ambas dentro de sus integrantes a la organización Abuelas de Plaza de Mayo, quienes actúan en esta causa como denunciantes contra el suscripto. Por lo tanto considero esta situación una incongruencia respecto de mis derechos, toda vez que denunciante y responsables de los estudios ocupan un rol indistinguible.

Por todo ello señalo que estoy dispuesto a realizarme un estudio de ADN de compatibilidad con mi hija Irene Barreiro, dejando a resguardo las medidas necesarias para que el resultado del mismo no arroje la más mínima duda.

Mi hija Irene Barreiro y mi esposa Ana Magi de Barreiro se realizaron un estudio de compatibilidad en un laboratorio europeo de prestigio mundial, lo que arrojó como resultado la relación madre e hija con un índice casi perfecto, ya conocido en esa sede. 

Nuestro país se ha caracterizado, en materia de los llamados “delitos de lesa humanidad” por acudir a cuanta legislación internacional existiera, más allá del uso indiscriminado que se ha hecho de este mecanismo. En este orden sugiero que se consulte la legislación pertinente en la Convención Europea de Derechos Humanos y en el Consejo de Europa; dichos organismos han establecido una resolución normativa respecto a los estudios de ADN referidas a las garantías jurídicas que deben respetar los laboratorios de los países miembros. La prueba realizada por mis familiares en España es de validez universal, mal que le pese a quienes intentan disponer de hasta la última célula de quienes combatimos el terrorismo subversivo y de nuestras sus familias.

Mis familiares tenían previsto viajar a Europa con motivo del bautismo de una nieta nacida poco tiempo atrás, ello fue convenientemente aprovechado para realizarse el estudio referido, para luego, a su regreso, ser presentado ante ese juzgado. Al conocerse, no sin muchos esfuerzos el contenido de la denuncia, se pudo constatar que pesaba sobre mi esposa la orden de prohibición de su salida del país. 

Solo me resta preguntar si dicha medida continúa vigente y si de serlo, visto la conducta de mi cónyuge, tiene algún sentido sostenerla para no continuar en la línea del absurdo que caracteriza la causa en que me encuentro acusado.

En estos “juicios” que se están llevando a cabo y donde se violan todas garantías constitucionales para los acusados, no podía faltar la cuota de arbitrariedad de un convidado de piedra; he transitado la vida militar junto a mi familia desde hace 43 años, sé de los sabores y sinsabores de la época que nos tocó vivir; nunca inculqué a mis hijos ninguna rémora de ese pasado, solo los formé como fui formado yo, como hombre y soldado, respecto del sentido del honor, la dignidad y la responsabilidad y por lo que en su momento supe dar testimonio. 

Ningún juez podrá juzgarme por la actitud maliciosa de un grupo que sí vive de la venganza, hija del resentimiento por la derrota sufrida, que se ensaña particularmente con mujeres indefensas, como es el caso de mi esposa e hija. Pero todo llega a su fin y la verdad y la justicia prevalecerán luego del fin del régimen que destruyó el tejido social de nuestra Patria con los peores recursos y artimañas, haciéndonos enemigos unos de otros en beneficio de su  sevicia,  lo que  este caso es una elocuente muestra.

Proveer de conformidad       
ES JUSTICIA

ERNESTO GUILLERMO BARREIRO                                    
Ex Mayor del Ejército Argentino
DNI N°7.792.820


http://www.urgente24.com/233388-un-caso-que-el-papa-no-hablo-con-carlotto

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