lunes, enero 30, 2012

JUICIO A UN JUEZ PREVARICADOR.

EL JUICIO A BALTASAR GARZON DEBERA TOMARSE COMO LEADING CASE DE LO QUEOCURRIRÁ EN NUESTRO PAIS A LOS PREVARICADORES QUE LLEVARON A PRISION A MIEMBROS DE LAS FFAA, DE SEGURIDAD, PENITENCIARIAS Y CIVILES.

JUECES ARGENTINOS... A PONER LAS BARBAS EN REMOJO.



viernes, enero 27, 2012

LA CICATRIZ por ANTONIO CAPONNETTO

VIERNES 27 DE ENERO DE 2012


Editorial

LA CICATRIZ


Suele hablarse corrientemente de malos y buenos enfermos, entendiéndose por estos últimos a aquellos que cooperan con sus médicos, que ponen tesón para salir del trance, y que —sin demasiadas quejas— son dóciles a las indicaciones requeridas, aunque resulten exigentes y dolorosas. No es una caracterización completa, pero resulta adecuada.

Cristianamente hablando, sin embargo, el buen enfermo posee otras cualidades, principalmente si el daño que lo aqueja puede poner en riesgo su vida. Por lo pronto se pondrá en paz con Dios, pedirá sacramentos y plegarias que lo encomienden y, sobre todo, aceptará con humilde resignación su condición de creatura transitoria, vulnerable y frágil, como somos todos los mortales. Quien estudie —como lo ha hecho, por ejemplo Emilio Mitré Fernández en su La muerte vencida— la actitud que solía tener el hombre medieval frente a la infirmitas y al desenlace fatal de la misma, se hallará con la prevalencia de un talante piadoso, que todo lo contemplaba sobrenaturalmente.

Es que para un católico serio, que aplique el principio de la analogía, el primer grado de salud lo ocupa la sobrenatural; el segundo, la espiritual o mental, y recién el tercero la salud corporal. Si la enfermedad de la primera es el pecado y el de la segunda el error, el de la tercera lo es cualquier morbo que ande causando daño al organismo. Pero como bien ha notado el Padre Basso, de la mano de Santo Tomás, el desorden y la desproporción consisten en preferir esta última salud a las anteriores. Así como en desaprovechar la enfermedad del cuerpo para no meditar en las otras que tanto más necesitan de nuestra cura. Es el eterno tema tratado en el episodio del paralítico, y resuelto, claro, por la palabra veraz de Jesucristo. Lo más importante es salvarse, no abandonar la camilla y regresar caminando a la casa.

Como era previsible, tratándose de una mujer vulgar e irreligiosa, ninguna de estas consideraciones se hizo presente en Cristina de Kirchner desde el instante en que anunció su dolencia. Y si no ha titubeado en capitalizar ideológicamente la muerte de su propio esposo, tampoco dudó en hacerlo con su afección. Aquel campamento brutal y simiesco, instalado ante las puertas del Hospital Austral durante los días de su internación, y los comunicados del vocero oficial —quien con tono de relator futbolístico iba narrando la goleada contra el cáncer, celebrada por los barras— quedará grabada a fuego en las crónicas de la abyección y del grotesco.

 En rigor, la actitud personal y politica de la presidenta ante el achaque  fue tan degradante como la que suele ostentar de ordinario. Para ella y ellos —exhibicionistas de éxitos mundanos y de vanaglorias terrenas— no existe nada parecido a la contemplación de las postrimerías, al ofrecimiento del dolor, a la situación límite del alma contrita y suplicante. La democracia es el carnaval, con mascaritas obligadas a fingir esplendor aunque estén carcomidas por dentro. Y Cristina, claro, en el núcleo más infamante del corso, debe conservar esa burlona risa de acróbata, de la que habla Bergson, para hacerle creer a la plebe que tras mil acrobacias nada puede pasarle. Sea la suya un alma sin Cuaresma, sin atrición, sin anonadamiento, sin genuflexión ante el Autor de la Vida y de la Muerte, y que sepa Él donde alojarla cuando traspase los lindes de la tierra.

Pero faltaba lo peor y sucedió. En su primera aparición pública —tras el rescate de la tiroides del tumor maligno que la amenazaba— Cristina Kirchner habló de un “milagro”, le agradeció a Dios y a la gente, y sostuvo que el amor puede más que el odio. Porque necesitada de quien gritara “¡viva el cáncer!”, y no hallándolo, era menester inventar, no una gesta, como suponen algunos, sino una nueva variante de la lucha de clases: la del pueblo que quería su saneamiento contra los monopolios destituyentes que clamaban metástasis. La ficción no cesa nunca, ni siquiera ante lo que merecería mayor compostura.

Ahora bien; se puede llamar milagro a un mal diagnóstico, que no habrá ninguna voz eclesial que pida respetar la integridad de los términos. Al contrario, no faltará prete que sostenga que ella merece hasta la suspensión de las leyes naturales, o que, al fin, la mediación de Néstor ha entrado en franca competencia con la del Gauchito Gil. Se puede invocar al amor, con rostro atrabiliario y voz furente, en una sala atestada de odiadores profesionales, de rencorosos de oficios, de artesanos del resentimiento y de la venganza, que nadie osará tampoco marcar la contradicción flagrante. Pero nos perturba e indigna el agradecimiento a Dios, y no queremos guardar silencio cómplice frente a tamaño desafuero.

¿A qué Dios agradece Cristina? ¿Al que ultraja aprobando el matrimonio contra natura, violando el Decálogo, promoviendo ideas y personajes enrolados en el ateísmo militante, befando a la Iglesia, dejando impunes a los incendiarios de pesebres, retirando imágenes marianas o crucifijos de los lugares públicos? ¿A qué Dios agradece? ¿Al que ignora y pisotea en cada acto de su tiranía, en cada gesto altanero, en cada palabra petulante y frívola? ¿Al que ataca con sus programas y textos de estudio plagados de materialismo, al que despoja de su cetro a cada paso de su modelo “nacional y popular”, para sumarse a los intereses de los deicidas, al manifiesto regocijo de los masones, y al acompañamiento de legiones de crápulas sin Fe? ¿A qué Dios agradece esta mujer, en cuyo pecho los pecados capitales nadan a sus anchas? Es simple y trágica la respuesta: al que profanó  públicamente, con horrible sacrilegio,el día que asumió su segunda presidencia, y decidió jurar por una divinidad potencialmente demandante en paridad de condiciones con Kirchner. Su agradecimiento, en suma, tiene un sólo nombre y es blasfemia.

Cuando Shakespeare trazó el perfil glorioso de Coriolano, en su obra homónima, recordó que el honroso guerrero se había negado a mostrar a la plebe sus cicatrices recibidas en combate, tal como le exigían los demócratas para ganar los votos del gentío. “Preferiría que mis heridas estuvieran por curar, antes que oír decir cómo las recibí. No puedo ponerme la toga de candidato para desnudarme y rogarles que, en obsequio a mis cicatrices, me den el voto. Os suplico: ¡dejadme prescindir de esta costumbre!”. Después Beethoven le regalaría una obertura en su homenaje, que todavía hoy escuchamos estremecidos.

Cristina hizo exactamente lo contrario. Con un lenguaje tilingo —que recuerda al que Landrú sabía poner en boca de dos señoritas banales y futiles— blandió impúdicamente su cicatriz para victimizarse, como lo hace con su viudez o con su luto y su duelo. Porque en personajes de su catadura cualquier recurso es válido para captar sufragios o alimentar los espejismos de la masa. La virtud de la gravitas le es ajena. Otrosí la de la circunspección y el recato. La noción romana de decus no podría aplicársele jamás. Si no Beethoven, de seguro Boudou le pondrá música mañana a esta nueva barrabasada de su mandante.

Era Anzoátegui el que decía que las únicas condecoraciones válidas para un soldado debían ser sus cicatrices; y que la tragedia moderna consistía en  que ahora no quedan más cicatrices que las de alguna apendicitis de urgencia. He aquí toda la gloria que puede exhibir esta mujer que vive imaginando confrontaciones contra supuestos enemigos: el tajo horizontal del que extrajeron su tiroides.

Marechal supo cantar algo superior al respecto. “El dolor de la patria me atravesó el costado. La cicatriz me dura”.

Permita el Señor de la Salud que esta cicatriz nuestra, y de todos los patriotas cabales, cauterice algún día. Que nos sea suturada con el agua, con la sangre o con el fuego. Con el rocío de algún ceibo o el fulgor de alguna estrella argentina. Con el aire sanante de una patria nueva, surgido del soplo mancomunado y altivo de quienes todavía no se rinden.

Antonio Caponnetto 

sábado, enero 21, 2012

23er. Aniversario de Heroísmo y Traición

 Por: Carlos E. Viana


Ataque terrorista al Cuartel del RI 3 General Belgrano. Algunos interrogantes sobre Robert K. Goldman (CIDH), Raúl Alfonsín, sus colaboradores y Néstor y Cristina Kirchner y la actuación de Daniel Ortega y Fidel Castro. “¿Quién no respetará de hoy en adelante a los cuerpos militares de Buenos Aires?” Proclama de la Primera Junta de Gobierno del 29 de mayo de 1810, creando el Regimiento de Infantería Nro. 3.



Por Carlos E. Viana para el Informador Público
La Tablada 23 de enero de 1989, 6 de la mañana.
Un grupo terrorista asalta el Cuartel del RI 3 General Manuel Belgrano, de la Tablada, mediante un camión que derriba su puerta y arrolla al soldado conscripto de 19 años que montaba guardia cuerpo a tierra con un fusil FAP. Los atacantes tenían lanzagrandas RPG2 y RPG7, de origen soviético y chino, que son las que utilizaban las tropas nicaragüenses llamadas sandinistas, en ese entonces bajo el mando del Presidente de Nicaragua Daniel Ortega.
Son asesinados cuatro soldados conscriptos de 19 años, que cumplían el servicio militar obligatorio y en total 13 efectivos del Ejército y de la Policía de la Provincia de Buenos Aires. Esta última fuerza es la que rodea el cuartel de inmediato a las siete de la mañana y cerca de los invasores. Recién a media mañana, cinco o seis horas después, el Presidente Alfonsín ordena que concurran fuerza del Ejército para recuperar la unidad, demora que causa más bajas entre los defensores del regimiento y que resulta inexplicable en el Presidente que como Comandante en Jefe de las FFAA, es responsable por su seguridad. El Presidente se había comunicado con su Ministro del Interior Enrique Nosiglia, informándole del ataque y pidiendo que se reuniera con él. ¿Porque el Presidente demoró seis horas en ordenar el contraataque de tropas del Ejército, mientras que la Policía de la Provincia de Buenos lo hizo de inmediato?
¿Por qué la justicia no investigó si Nosiglia se había reunido previamente en Brasil con miembros del MTP, que reivindicó el ataque, entre ellos su íntimo amigo Francisco Provenzano?
Poco antes del mediodía el vocero presidencial José Ignacio López informó que se trataba de un ataque de militares carapintadas, pero después dijo que solo eran atacantes y al final reconoció que eran terroristas. ¿Por qué estas contradicciones?
El Preludio del ataque
Diez días antes del ataque, el periodista Guillermo Cherashny había denunciado en El Informador Público, que el ERP liderado por Gorriarán Merlo y la Junta Coordinadora Nacional de la UCR Capital -que lideraba Nosiglia- tenían contactos y que Gorriarán había invertido un millón de dólares en un importante diario de centroizquierda. El 20 de enero, Cherashny denunció un encuentro entre Nosiglia y los dirigentes del MTP-ERP Felicetti y Provenzano, este último muerto en el ataque, pero además habían mantenido a fines de diciembre una reunión en la Confitería Paladium. Según esta denuncia, Nosiglia les había pedido a los dirigentes del MTP que denunciasen un pacto entre Menem y Seineldín. Nosiglia y Provenzano eran amigos íntimos y de familia. No obstante durante el juicio por el asalto Nosiglia negó conocerlo, por lo que fue acusado de falso testimonio, lo mismo que con Felicetti quien no concurrió al juicio ese día para evitar un careo. Por su parte Jorge Baños otros de los miembros del MTP-ERP caído en el asalto, había comprado un departamento en Barrio Norte (Buenos Aires), con uno de los celebres crédito del Banco Hipotecario Nacional dirigido por Aníbal Reinaldo (Coordinadora - radical), mientras que Carlos Becerra Secretario General de la Presidencia también había mantenido relaciones con el MTP-ERP.
El objetivo
El gobierno de Raúl Alfonsín estaba preocupado por las encuestas que favorecían a Carlos Menem para las próximas elecciones presidenciales. Se habría fijado una estrategia mediante la cual este grupo terrorista actuaría al principio como un levantamiento carapintada del ejército, que sería reprimido en principio por el grupo terrorista mismo. Esto daría la excusa para declarar el estado de sitio y el Presidente Alfonsín gobernaría por decreto y acusando al PJ de intento de golpe de estado. Ya había un antecedente cuando en 1985, el gobierno había tomado esta medida de excepción para amedrentar al periodismo.
Daniel Ortega y Fidel Castro
La porción de terroristas extranjeros provinieron de campos de entrenamiento en Nicaragua, apoyados por agentes de la DGI (Dirección General de Inteligencia) cubana. Ellos tomaron la decisión, ya que Gorriarán Merlo comandante del ataque; uno de los asesinos del empresario italiano Oberdan Salustro (FIAT) y de María Cistina Viola de tres años de edad; se encontraba refugiado en Nicaragua, donde había colaborado en la represión y tortura contra opositores y tenía un grado militar. El armamento en parte era el que se estaba utilizando en dicho país. El gobierno de Nicaragua hizo aportes financieros al MTP, en el año previo al ataque. Daniel Ortega, actual presidente socialista de Nicaragua y Fidel Castro brindaron el apoyo logístico, tropas e impulsaron el ataque.
La Crueldad y el Heroísmo
El propio Presidente Alfonsín, fracasado el asalto, se vio obligado a reconocer la crueldad de los atacantes. Una de las guerrilleras herida le pidió a un compañero, que si ella moría, él matara a un soldado conscripto prisionero de 18 años. Murió y el terrorista ejecutó fríamente el pedido. Mientras, desde los edificios aledaños al cuartel guerrilleros apostados, hacían de francotiradores, entre ellos Gorriarán Merlo y su hija que abandonaron a sus compañeros cuando vieron que estaban perdidos. El saldo de muertos de propias tropas fue de nueve integrantes del Ejército Argentino y dos de la Policía de la Provincia de Buenos Aires. La cantidad de heridos y mutilados alcanzó a treinta y siete hombres, algunos de ellos de suma gravedad y otros con lamentables mutilaciones corporales (pérdida de ambas piernas, pérdida de un ojo, etc.). El soldado Roberto Taddía (19 años) se encontraba barriendo las inmediaciones de dicha dependencia. Fue asesinado mientras tenía una escoba en la mano. Fue el primer muerto.
 Mayor Horacio Fernández Cutiello (h), impidió con el fuego de su FAL la toma de la Jefatura de la unidad. Al salir para continuar combatiendo recibe un balazo en la espalda y ya caído de bruces, lo dan vuelta y le disparan con una itaca en el rostro. Tenía cuatro hijos.
El Teniente Ricardo Rolón se introdujo valientemente en uno de los edificios tomados por los terroristas, recibiendo el fuego enemigo, lo cual le produce la muerte. Era Rosarino, pero no figura en los museos de la Memoria que fundaron Obeid (PJ), Binner (PS), Lifchitz (PS) y mantiene Fein (PS).
El Sargento Ayudante Ricardo Esquivel es muerto cuando trata de ayudar a heridos. Tenía un hijo. El Sargento Ramón Orué, es muerto cuando se enfrenta con dos terroristas que intentaban huir. También tenía hijos.
El Cabo Primero José Albornoz se adelanta a su fracción defendiendo el polvorín de la unidad, siendo alcanzado por el fuego terrorista que le produce la muerte. Era padre de un bebe de un mes.
El Soldado Martín I. Díaz (19 años de edad), defiende valientemente su puesto de centinela hasta que es asesinado de un tiro en el pecho. Mueren también combatiendo heroicamente, el Comisario Inspector de la Policía de la Provincia de Buenos Aires Emilio García García y el Sargento Manuel Soria, Mientras que al Comisario Luis Alberto Re los terroristas le volaron ambas piernas con un disparo de mortero. El teniente Coronel Luis Zamudio y es herido de un tiro por la espalda y el Teniente Coronel Nani, héroe de Malvinas, pierde un ojo en la recuperación del cuartel.
La Comisión de Interamericana de “Derechos Humanos”
En 1999 y en el 2000 el entonces Presidente de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Robert K. Goldman y el Secretario Ejecutivo de la misma Jorge A. Taiana, hicieron visitas a la Argentina exigiendo que el Congreso apruebe una ley que permita a los entonces terroristas por el asalto al cuartel de La Tablada hacer una apelación, lo cual significaba la libertad de los mismos.
Cave aclarar que Goldman fue relator para los casos de Argentina y Colombia. En un mensaje que dio en una reunión de la CIDH en Colombia dijo, “En lo que se refiere a la aplicación de la Convención Americana y otros tratados de derechos humanos, la Comisión considera que en la medida en que estos grupos actúen como agentes o mandatarios del Estado o sus actos ilícitos cuentan con la aquiescencia, anuencia o tolerancia de éste, sus acciones pueden resultar imputables al Estado y generar su responsabilidad internacional”. Debemos recordarle al Dr. Robert K. Goldman que en el ataque al RI 3 en La Tablada, participaron guerrilleros entrenados en Nicaragua y con el apoyo de inteligencia de la DGI (Inteligencia) cubana, por lo cual él debería haber investigado este hecho y más aún, dadas las sospechas y pruebas de las relaciones entre el entonces Ministro del Interior Enrique Nosiglia y otros miembros de ese gobierno, incluido el Presidente Alfonsín, el relator debería haber pedido la investigación del hecho, porque habrían estado involucrados tres estados, Nicaragua, Cuba y el gobierno argentino.
El espíritu de los principios de la Comisión Interamericana de Derechos humanos, debería ser la justicia y la misma norma para todos los estados, cosa que el profesor de College of Law de Washington DC y codirector del “Center for Human Rights of the American University”, parece ignorar, lo mismo que los otros comisionados de la CIDH.
Con respecto al Juez German Castelli de Morón (Argentina) y el Fiscal Federal Sebastián Bazo en el 2008, en la resolución que ordenaba la detención del General Alfredo Arrillaga comandante de las tropas que recuperaron el cuartel y del Coronel Jorge E. Varando, dijeron: “a la luz de lo expuesto, el resultado de los informes mencionados dan plena razón a las conclusiones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en punto a que (los nueve presuntos fusilados) habrían perecido en el lugar, en manos de agentes del Estado y, a su vez, pone en evidencia la fragilidad de los argumentos del Estado argentino”. ¿Porque no pide la citación de Nosiglia y de Alfonsín (en ese entonces con vida), ambos sospechados de complicidad?
El 23 se cumple el 23er. Aniversario de el ataque al Regimiento 3 de Infantería General Belgrano. Los criminales y quienes traicionaron a la patria apoyándolos, están el libertad, los héroes que recuperaron el cuartel en nombre de Argentina están muertos, algunos presos, otros con la amenaza de ser detenidos, mientras, tanto Néstor como Cristina Kirchner se abrazaron con los asesinos Fidel Castro y Daniel Ortega y la CIDH ignora los más elementales derechos humanos de quienes jugaron su vida defendiendo la libertad.
Nosotros no podemos menos que rendirle un sentido homenaje a los caídos, heridos y veteranos, que heroicamente defendieron la bandera celeste y blanca y solidarizarnos con los presos políticos que están acusados de haberla honrado.
El epígrafe con el párrafo de la proclama de la Primera Junta del 29 de mayo de 1810, decretando la creación del Regimiento 3 de Infantería, muestra el abismo entre el patriotismo de la misma y las actitudes de Alfonsín y los Kirchner.


miércoles, enero 18, 2012

CONVOCATORIA

POR ELLOS...



Y POR MUCHOS MÁS...





ESTE VIERNES 20 DE ENERO DE 2012 A LAS 18 HS. VAMOS AL CONGRESO






AV. RIVADAVIA Y CALLAO. NO FALTES!!!!